lunes, 7 de octubre de 2019

Es lo que hay



Lo siento, no puedo ser algo que no soy ni dejar de ser lo que soy, no puedo pretender que no siento, que no me duele, que me es indiferente, que no me involucro.


Esto es lo que hay, esta soy:  así de sobrada y atascada, así de intensa, apasionada, terca, aferrada, entregada, así de fiel a mis ideas, así de ambiciosa, de soberbia, de celosa y rencorosa, así de imperfecta.


No puedo negar mi esencia, pues es justo mi naturaleza que me ha traído al lugar donde estoy el día de hoy, si no fuera por mi constancia, por mi ambición, por mi intensidad, por mi perseverancia, por mi fidelidad a mi trabajo, no sería lo que soy.


No soy un juguete, no estoy pendeja, no soy una Barbie y mucho menos tres, no soy gris, no soy parte de un lote, no me pierdo entre la multitud, no soy esa mujer que le hablas cada dos meses y está dispuesta para ti al igual que para quien sabe cuántos más.


Tu vida ha estado llena de excesos, dudo mucho que sepas que te complace y siempre estás en búsqueda de eso que aún no tienes, pero al final nada ni nadie es suficiente, haz tenido mujeres a la carta desde las locas que buscan a un hombre que los rescate hasta la vieja que no sabe ni tu nombre.


Que chingados veo en ti? Que chingados tenemos en común si mi vida ha estado dominada por privaciones y la tuya de excesos.


¿Porque chingados no me sueltas? Esto es lo que hay: nada, no me puedes dar nada, no hay promesas, no hay compromisos, no hay futuro, ni presente, no hay sueños, no hay nada. Y yo estoy tan hambrienta de recibir todo y de dar tanto.

sábado, 27 de julio de 2019

Pronto


Hoy te vi realmente desnudo, a través de esos ojos claros alcancé a ver el fondo de ti mismo, siempre supe que detrás de tanta caballerosidad, opulencia y carisma había una fragilidad oculta.
Hoy me sumergí hasta lo más profundo, más allá de tu sonrisa coqueta y tus protocolos seductores, alcancé a verte imposibilitado de ofrecerme nada, nada más allá de las esporádicas dos horas cronometradas.

-Espero verte pronto-

-Yo también lo espero María, aunque no sé cuándo vaya a ser pronto. -

viernes, 5 de julio de 2019

Mírame de lejos


Sé que me estás viendo, sé que piensas en mí más seguido de lo que deberías, te empodera pensar que en algún momento de tu vida me tuviste suplicando por tu cariño.

No nos hagamos tontos, nunca me valoraste, talvez ahora viéndome de lejos crees que no fuiste tan culero, que no fuiste tan mierda, que solo tomaste la oportunidad de jugar con alguien frágil.

Crees conocerme, crees saber a la perfección mis puntos débiles, mis inseguridades y mis miedos. pero hoy quiero decirte que te equivocas, soy otra persona diferente a la que conociste y sinceramente… no pienso en ti para nada, no eres nadie en mi vida.

Te pedí que me miraras a los ojos, hoy solo quiero que te mantengas a distancia, piénsame todo lo que quieras, me da igual, siéntete importante pensando que te dedico estas líneas, pero, aunque te quede el saco, esto no te lo estoy escribiendo a ti.

martes, 19 de febrero de 2019

Qué chingados es amar


¿Quién chingados sabe lo que es el amor? ¿Por qué si vivimos en un año en el cual pueden amarse personas del mismo sexo, aún pensamos que el amor heterosexual debe ser una relación utópica con el único fin de casarnos, tener hijos y vivir juntos felices por siempre?

¿Que no existen mil maneras de amar?  En mi larga soltería he creído estar enamorada más de una vez, y ninguna ha sido de la misma manera, ni tampoco he esperado lo mismo de esas personas, nunca uno ha sustituido a otro, y cada uno de ellos, en su espacio y en su tiempo. Incluso el día de hoy, tienen un lugar especial que no se borra o sustituye con un nuevo prospecto.

Cada uno de ellos ha aportado algo a la persona que soy el día de hoy, varios ya están casados y otros pronto lo estarán y me tocará ver la foto de navidad con sus esposas y sus tres respectivos hijos sonriendo en el retrato perfecto de esa utópica familia a la cual todos aspiramos.

Esa vida no es para mí, no me veo en esos retratos, no me veo en esas ciudades pequeñas, no me veo en el cafecito con las amigas quejándome de la torpeza de las muchachas del aseo.

He aprendido a aceptar que talvez mi vida es un camino solitario, pero ¿por qué chingados no puedo amar a mi manera a alguien que no quiero que esté a mi lado?

-No puedes enamorarte de alguien que no está disponible para ti, solo vas a sufrir.-

-Al final no puede darte más, y siempre vas a querer más-

-¿Y se va a divorciar para estar contigo?-

-Te mereces alguien que esté disponible para ti –

Sé que no es para mí, no me veo despertando con él diario, ni compartiendo ese estilo de vida extravagante, ni esperando a que llegue por las noches imaginando mil teorías de con quién puede estar.

No veo un fin último, es una historia que se terminó desde el momento que lo conocí, me sorprendo a mí misma escribiendo de nuevo de él más de dos años después de algo que estaba seguro no pasaría de máximo tres cogidas.

Porqué no se puede sentir y a la chingada, porqué me tiene que comparar con sus historias del pasado y las exigencias de mujeres chapadas al estilo “lo voy a conquistar para que deje todo y se venga conmigo” No lo quiero aquí, lo quiero con sus hijos, con su esposa, en su trabajo, hasta en sus pinches ligues que lo hacen sentir vigente, lo único que quiero es que confíe en mí, que no hay intereses ocultos ni expectativas, quiero ser parte de él, que me admire, que acepte que me quiere, que me lo diga sin mayor significado que el literal, que no tenga miedo y que sepa que esto puede durar tres veces más o tres años más, porque tengo claro que la que va a poner fin a esto soy yo.

Yo.. cuando llegue una persona con la cual quiera compartir mi vida, si es que la quiero compartir en algún momento.

domingo, 11 de noviembre de 2018

Nostalgia


No estoy segura qué sea la nostalgia, generalmente este sentimiento me invade cuando la situación aún está presente, no sé en qué momento algo mágicamente pasa de doler a ser parte de un pasado que no va a volver, de un futuro inexistente y un presente paralelo.

No estoy segura de haber sentido alguna vez nostalgia, creo estoy en un momento donde mi vida está cambiando, situaciones realidades y personas están saliendo de mi vida, talvez eso es la nostalgia.

Al mismo tiempo, como siempre, mi pasado siempre está timbrando a la puerta, hace unas semanas fui a Monterrey, me doy cuenta que han pasado diez años desde la última vez que viví ahí, veo ese rancho grande tan cambiado y en el fondo tan similar como cuando llegué a los diecisiete, esa sociedad tan cerrada y elitista hoy extrañamente tan cálida y hospitalaria.

Pienso en el pasado y me siento tan ajena a la persona que era, pero a la vez soy la misma, tan insignificantes se me hacen los problemas que me derrumbaron en el pasado y tan acertadas las decisiones del destino de haberme hecho seguir un camino diferente a eso que tanto anhelé.

Hoy intento no basar mi felicidad en situaciones que se encuentran fuera de mi control, trato de alejarme de lo que se me enseñó que es la felicidad y el éxito, y busco descubrir esas definiciones por mí misma.

El tiempo me ha enseñado que nada resulta como lo planeamos, al final de cuentas nada duele por mucho tiempo, no me arrepiento de ninguna decisión que ha tomado el destino por mí, porque al final no fueron mis decisiones, por eso confío en el futuro sin dejar de trabajar en mi propia felicidad: encontrándome , descubriéndome y aceptándome.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Me rindo


A lo largo de estos dos años he utilizado toda mi artillería para alejarlo, ataques de escorpión dirigidos a zonas sensibles; he mostrado mi lado vulnerable, mis inseguridades, mis miedos, mis cambios de humor, mis ataques psicóticos y mis bombas de cariño meloso de weba.

Él por su parte siempre se ha mantenido en una línea neutral. Y a las bombas de locura reacciona con silencios prolongados pero nunca eternos.

Ya me cansé de intentar alejar a alguien que no quiero que se aleje, simplemente me rindo. 

Se perfectamente que él me quiere, me valora, me admira… incluso más de lo que yo lo admiro a él. Sé que tengo un lugar especial y también sé que no lo acepta simplemente por mantener una línea divisoria inexistente.

Pero S, tú y yo sabemos que nunca hemos sido amigos. Te quiero y me quieres, nunca en una forma convencional, ahora es tu turno de perder el miedo.

jueves, 19 de julio de 2018

siete segundos


Hoy debió ser un día aburrido,  desperté de un brinco tras escuchar la alerta sísmica y en 7 segundos estaba en la calle saludando en pijama a todos mis vecinos: humanos y caninos.

Mi mañana transcurrió extraña, de esos días grises que se evaporan en llamadas de trabajo intrascendentes en pijama y sin darte cuenta la mañana se convierte en noche llevándose al día a la lista de días desperdiciados.

Entre mis ociosidades le mandé un mensaje al Dorian informándole que estaba caliente y que tiene una deuda conmigo.

-¿dónde andas? Estoy en el aeropuerto y tengo 2 horas libres, ¿te lanzas y jugamos por aquí cerca?-

Más me tardé en contestar que en vestirme y llegar a las salidas internacionales del aeropuerto con un tráfico infernal tan característico de esta ciudad.

En la puerta estaba el Dorian, con su sonrisa traviesa de siempre y protocolo de hombre casado en público.

El tráfico lo hizo perder su vuelo y el siguiente salía 4 horas después, por lo que teníamos 2 horas para jugar a nuestro antojo.

Llegamos a un hotel pretencioso dentro del aeropuerto, mientras él pagaba la habitación yo le pedí dos Gins a un mesero que aparentemente no hablaba bien español.

Resuelto el tema de la habitación, entre miradas juiciosas de los empleados, tomamos nuestros drinks room service y aprovechamos el tiempo contra reloj que sería interrumpido por la alarma que el Dorian programó en cuanto entró al cuarto.

Nos gusta recordar el día uno, no estoy segura si es mi lado perverso que disfruta contarle la historia una y otra vez o  es su ego alimentado al escuchar, o simplemente cóncavo y convexo donde nuestras mentes embonan tan fácil como nuestra anatomía.

 Es impresionante como me invaden las mismas sensaciones que tenía desde el día uno, unas ganas de atascarme de él y pedirlo envuelto para comer en casa, pero sé que es menú all-you- can -eat y no hay manera de saber cuándo me voy a volver a atascar de él, así que aprovecho mientras puedo.

-Soy especial para ti, no es pregunta, es afirmación-

No escucho una respuesta verbal pero sus ojos, secundados por su sonrisa confirman mi statement.

Cada segundo compartido es placentero, jugamos como niños en esas dos camas de hotel aburrido con las cortinas abiertas y con vista a la pistas de aterrizaje, es un juego sin precauciones ni remordimientos,  sin intermedios ni tiempos muertos, son dos horas de amalgama de cuerpos, besos, risas y complicidad. Dos horas de olvidar los protocolos sociales, sin pensar en consecuencias a futuro, ni rencores pasados.

Hoy es diferente que la primera vez, hoy no tengo miedo, ni tengo dudas, sé que es un momento especialmente memorable para ambos.

-¿hace cuánto nos conocemos? ¿Dos años?-

-tres- responde

Confío en su afirmación, realmente el tiempo pierde significado porque en el fondo los dos sabemos que la respuesta muy pronto será cinco o diez años.

-dime si quieres que haga algo diferente-

- soy la más mandona, contigo no hay necesidad de instrucciones-


El fin del bufete llega junto con el sonido de la alarma de despertador.

No quiero dejarlo ir, sé que tampoco quiere irse, hace una última jugada y en pocos segundos: siete, para ser exactos, consigue lo que muchos no lograron en 28 años.

-Rompiste record-


Después de un baño rápido, él guarda la llave de la habitación

-para el recuerdo-  me dice

Tras los últimos besos con la puerta medio abierta, salimos para toparnos con cuatro empleados de limpieza, al menos ya les dimos chisme, supongo que pocos gastan 200 usd para pasar un ratito a solas.

-Lo más chistoso de todo, es que cada vez que vengamos al aeropuerto, nos vamos a acordar de esto-

Sonrío y me alegro de que tenga más motivos para recordarme.

Como siempre vengo medio drogada diciendo pendejadas y lo acompaño hasta los filtros de seguridad.

-ya tengo que abordar, tu uber lo tienes que pedir abajo-

Con una sonrisa de pendeja me olvido que estoy en público, lo abrazo  y le doy un beso entre el cuello y el cachete.

-Contrólate María-

Intercambiamos sonrisas y me doy media vuelta.