A lo largo de estos dos años he utilizado toda mi artillería
para alejarlo, ataques de escorpión dirigidos a zonas sensibles; he mostrado mi
lado vulnerable, mis inseguridades, mis miedos, mis cambios de humor, mis
ataques psicóticos y mis bombas de cariño meloso de weba.
Él por su parte siempre se ha mantenido en una línea neutral.
Y a las bombas de locura reacciona con silencios prolongados pero nunca
eternos.
Ya me cansé de intentar alejar a alguien que no quiero que se
aleje, simplemente me rindo.
Se perfectamente que él me quiere, me valora, me admira…
incluso más de lo que yo lo admiro a él. Sé que tengo un lugar especial y
también sé que no lo acepta simplemente por mantener una línea divisoria
inexistente.
Pero S, tú y yo sabemos que nunca hemos sido amigos. Te quiero
y me quieres, nunca en una forma convencional, ahora es tu turno de perder el
miedo.