sábado, 28 de enero de 2017

Chingona

Siempre he tenido la bara muy alta, tan alta que nadie me llena el ojo y los que me gustan.. no me pelan, o al menos no para algo real.

-Te sientes muy chingona-

Tengo que aceptar que soy un poco arrogante, pero mi arrogancia es consciente de sus limitantes, no soy la vieja buenota con pedigree y cara de muñeca que con una sonrisa hace girar al mundo.

Al menos ya no busco a Mr.Right para que tome el volante de mi vida, a veces siento que busco a Mr. Wrong .. pero esta tema, es otro post.

Desde siempre me han gustado las cosas buenas, aprendí que para conseguir lo que quiero debía conquistar a un buen partido. Hace poco descubrí que es más sencillo trabajar para conseguir lo que quiero que intentar conquistar/retener/soportar un cabrón que difícilmente me dará el estilo de vida que quiero y merezco,  esa vida que estoy trabajando para conseguir.

Y si, desde siempre he obtenido todo lo que quiero a base de chingarle, desde mi beca de excelencia, ese año en Francia, mi trabajo, mis viajes, mi casa, mis cosas, mis gustos.

Sería más sencillo que un wey me diera todo, pero lo fácil aburre .. y si.. al final de cuentas, no es por ser mamona.. pero .., no me siento, SOY chingona.


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jueves, 19 de enero de 2017

Mierda

-Una cosa es pisar la mierda al caminar y otra es regresar y embarrar la jeta en ella-


Hace unos diez años le aconsejé esto a una amiga, no entiendo porque a lo largo de mi vida no he podido seguir mis propios consejos.

Pensaba que no existe la bondad ni la maldad absoluta, pero a veces me doy cuenta que hay gente tan dañada que cada que les damos una pequeña entrada a nuestra vida buscan ofender.

Es interesante ver pasar el insulto frente a mis ojos cual balón golpeado con torpeza, y detenerse  justo a mis pies.

Como buen escorpión tengo una respuesta, pero me da pereza incluso desviarlo y lo dejo ahí a media cancha olvidado.

Ese insulto no me llega, no me lastima, no me produce ninguna respuesta, pero me deja pensativa en por qué intento mantener una relación cordial con alguien que me dañó tanto en el pasado.

-Supéralo María, nuestras vidas se cruzaron hace más de diez años, no te pertenezco-

Hace diez años mi vida se cruzó con compañeros de clase, con maestros, con ligues de anto, ellos no me buscan esporádicamente con la única intención de ofenderme disfrazada de curiosidad por mi presente.

-te comportaste como una puta y exigiste ser tratada como una señorita-

-Ayer me cogí una vieja buenota, con las chichis firmes, no como las tuyas-

-A ti nunca nadie te va a querer, solo eres un kleenex de mecos-

-Otra vez estas gorda? –

Y como olvidar ese 27 de enero del 2005, donde reafirmó su masculinidad de la manera más cobarde que un hombre puede probar su virilidad.


El pasado ya no influye en mi presente, pero creo que es importante dejarlo en el lugar que pertenece,  la mierda embarrada en la banqueta lavare los zapatos y seguir caminando.

jueves, 12 de enero de 2017

MARCO



Últimamente he actualizado más seguido este espacio, solo comparto mi punto de vista y me pareció interesante pedirles a hombres involucrados en mi pasado o presente que escribieran un poco de mí, Marco es muy directo, más de lo que puedo digerir la mayoría de las veces. Lo conocí a mediados de 2013 y ahora vive en Nueva York, aún seguimos en contacto y mi obsesión por él evolucionó a un cariño desbordado que estoy segura es mutuo, aquí su correo:


-Me parece interesante-

Fue lo primero que pensé cuando vi su foto en esa página de encuentros.

Cabello negro y largo, expresión seria pero con bonita cara, una camisa blanca, un estilo europeo.

Porque no.. y le escribí.

No recuerdo bien cual fue nuestra conversación inicial pero quedamos en salir y conocernos. Ambos vivíamos en la Condesa por lo que quedamos de vernos en uno de los tantos bares de la zona.

A penas llevaba dos semanas en el DF y el bar escogido era el único interesante que conocía.

Nos sentamos y desde el inicio se comportó como una princesa.

Muy segura de sí misma, muy entusiasmada con su nueva aventura profesional. Acababa de dejar su trabajo de vendedora de muebles de lujo para ser empresaria del design.

Me contó de Francia, del norte de México, de la vida en el DF que yo aún no conocía.

Hablaba muy bien, corregía mi español que aún era una mezcla de tres lenguas diferentes y era muy energética. De hecho, pensé que talvez yo la estaba aburriendo.

María, una ametralladora de palabras, experiencia, novios pasados y futuros, hombres que la pretendían pero que no le llenaban el ojo.

Y yo calladito, tomando mis primeros tequilas.

Después de unos cuanto drinks la noté un poco más coqueta, estábamos sentados en un sofá en una esquina obscura del bar, que ya estaba vacío.
Ella tenía mucha confianza y yo no sabía qué hacer.. Intenté besarla.

Ella evitó mi beso.

-Las mujeres en Brasil son tan fáciles? Aquí somos diferentes, yo soy diferente..-


Y aprendí que de verdad era diferente, en varios sentidos, fue todo un descubrimiento.

miércoles, 11 de enero de 2017

Presidente

Tim rondaba los cuarenta y pico y vivía en el Presidente, llevaba varios meses hospedado ahí mientras buscaba un departamento amueblado.

-¿Trabajaste en diseño de interiores?  Tal vez puedes ayudarme con mi departamento-

Lo primero que llamó mi atención fue su estilo, me encantan los hombres europeos de 40 y pico que transpiran elegancia.

Platicamos de todo un poco, él hablaba excelente español, me contó de su trabajo, de sus viajes dentro de México y me invitó a conocer su castillo en Francia cuando quisiera.

Tim además de guapo era interesante, tenía justo la edad límite y los atributos para pensar en el como un posible prospecto amoroso.

Terminamos la cena en su habitación y nos adelantamos a comernos ese postre que debí haber reservado para el tercer date.

Por su trabajo Tim rara vez estaba en la ciudad. Seguimos en contacto esporádico y coincidimos 2 o 3 veces en intervalos de 3-5 semanas.


-¿Te late vernos hoy?-

-No puedo.. Tengo una cena con compañeros de trabajo.-

-Invítame-

-No puedo, conocen a mi esposa-

-¿Qué??? Estas casado?!-


-Ah.. ¿no te lo había comentado? –

lunes, 9 de enero de 2017

CHEZ MOI


Al Dorian, como bauticé a Mr. Porsche lo había visto dos veces. Después de varias “reagendadas” quedamos en vernos en mi casa.

El tema de desnudarme tanto con él me ponía nerviosa. Desde hace muchísimo no me gustaba tanto alguien como me gusta él, por lo que me moría de miedo de volver a perder mis objetivos ante la llegada de un hombre interesante.

Me sorprendo a mí misma al darme cuenta que no soy la niña de 20 años que confundía el sexo con amor, ni que ante dos palabras bonitas le sonaban las campanas de la iglesia en la cabeza.

Con el Dorian es diferente, Nunca me gustaría terminar con un hombre como él: mujeriego por naturaleza, con los recursos que buscan esas viejas trepadoras y él más que dispuesto al trueque de cariño por nalgas firmes, o mejor dicho … nalgas nuevas, de esas que no se ha comido aún y que mientras se las come está pensando en las siguientes.

No me interesa un hombre así, eso que a las otras les gusta a mí me da repele, me caga su carro, me caga su celular alterno de viejas cual “librito negro” pero además de teléfonos repleto de fotos de viejas encuerdas y entre esos números el mío, porque al final soy eso.. Una más en el librito coqueto.

Me encantan sus ojos, sus besos, su estatura que embona perfecto con mi anatomía, su sonrisa y los orgasmos consecutivos que me regala como bolo de bautizo, su mente trastornada la cual estoy constantemente midiendo con la mía, que a veces siento me supera y otras se me queda corta, me encanta su estilo de vestir, su cuerpo imperfecto que me parece perfecto, Su olor, su sabor, su voz y esos modales de caballero que pierde mientras disfruta mis abrazos.

En parte todo lo que me caga de él me encanta, gracias a esto sé que el Dorian no es materia amorosa, y prefiero entrar a la arena con  él a torear un rato para después volver a mi vida real.

Intenté recibirlo sin ropa y solo con una bata encima, pero los nervios de toparme un vecino jodieron mi idea coqueta y la hicieron incómoda.

Tan solo llegar me quitó la bata me puso contra la pared y me dio una probadita de eso que me vuelve loca , él con ropa aún..

Le enseñé mi casa y nos fuimos desnudando por todos lados, cogiendo entre los  tantos espejos que tengo en mi casa y disfrutando los diferentes ángulos de nuestro ritual privado.

-Quiero ser tuya-

-Ya lo eres-

Después de dos horas de placer recordó su cita de las 4 y aunque me dejó bien alimentada yo con lo tragona que soy me quedé con más ganas de él, mañana se va a nueva york y ni siquiera se si lo voy a volver a ver, en parte ya no me da miedo, en parte sé que no soy ni la vieja más buenota, ni la que mejor coge, ni la que más le gusta, pero por alguna razón dos citas se hicieron tres, y tal vez tres se hacen cuatro y si no pues lo que sigue.